Otra vez la encomiable generosidad energética del Estado Peruano

La noticia pasó casi desapercibida en nuestro medio: “Perú usará solo un 20% de energía de 5 hidroeléctricas construidas por Brasil“Fuente: El Comercio En una nueva muestra de desprendimiento le vamos a facilitar a Brasil la construcción de algunas represas en nuestra Amazonía con la finalidad de que nos deje el 20% para nosotros y reserve para sí el 80% de la energía generada, no solamente para su uso exclusivo, sino además para que la pueda vender a terceros sin mayor injerencia de nuestra parte. Bueno, negocios son negocios, y si esa es la capacidad de negociación de nuestras autoridades pues habremos de vivir con ello. Pero eso no nos exime de preguntarnos: necesitamos solo el 20% de la energía generada? Si antes fue el gas que al final nos quedo corto, no podría pasarnos lo mismo con la energía? Acaso ese 20% pueda beneficiar a Madre de Dios por lo menos o se distribuirá equitativamente en el sistema interconectado? Según las fuentes en Brasil, el consorcio constructor, brasileño por cierto, se compromete a la construcción de la infraestructura y las líneas de transmisión desde la frontera peruana hasta Porto Velho (Estado de Rondonia), unos 600 km de distancia.
La construcción de otras líneas de conexión con la generadora y las estructuras necesarias para adecuar la energía eléctrica para el consumo doméstico e industrial dentro del país le corresponderá a nuestro propio Estado. Podemos presumir que si el negocio no está en la venta a Brasil es muy probable que se deje al final esto en manos de un concesionario privado que verá la conveniencia de conectar o no al sistema regional. En otras palabras, sin planificación es poco o nulo el beneficio de estas obras para el país, hecho que aparentemente tiene sin cuidado a las autoridades del gobierno.En Brasil están muy felices con la negociación, pues cuentan ahora con un plan B para los retrasos previstos en la construcción de las represas sobre el río Madeira, que dicho sea de paso tienen severas observaciones ambientales y sociales más por incertidumbre que por certezas. Además tendrían a su disposición energía suficiente para exportar a otras naciones que están “retrasadas” en sus agendas energéticas, sobretodo luego de los cambios en sus contratos de aprovisionamiento de parte de Bolivia. En otras palabras, Perú, se convierte entonces en exportador de energía y muñeco de trapo geopolítico sin mayor previsión ni contemplaciones.Finalmente, sin dejar de reconocer la necesidad de contar con fuentes de energía alternativa menos contaminantes en términos de carbono y sobretodo renovables, es preocupante que los estudios de impacto ambiental elaborados hasta la fecha sean tan pobres e irrelevantes. Es tan escasa la voluntad política para hacer evaluaciones ambientales estratégicas que se han permitido aprobar los primeros estudios sin siquiera sonrojarse. Al final, incluso si se cumpliera la legislación ambiental brasilera, bastante más estrícta y técnica que la brasilera aunque al ministro se le antojen similares, los eventuales impactos acumulados serían poco menos que desastrosos para algunas de las regiones con bosques tropicales mejor conservados: Madre de Dios, Pando, Beni y Acre. Cómo pueden los Estados promover políticas de deforestación evitada si al mismo tiempo sus propios planes de desarrollo pueden causar deforestación extensiva e incontrolable?Aparentemente, es mucho pedir que la conversión de los bosques y otros ecosistemas naturales sirva al menos para generar riqueza y beneficios a los pobladores locales, los ayude a salir de la pobreza y les permita a sus hijos salud, educación y oportunidades de realización personal. En este caso, nuevamente los que más importan no tienen ni voz ni voto en la decisión.